
Dicho
efecto se había visto anteriormente en partículas de oro recubiertas con
tioles (moléculas que contienen azufre), pero el fenómeno resultaba
dudoso ya que la señal magnética era tan pequeña que podía confundirse como
procedente de la presencia de otros elementos magnéticos, como el hierro,
omnipresente en el entorno. La novedad del reciente descubrimiento radica en que
para la detección de la señal magnética se ha utilizado la técnica de dicroísmo magnético de rayos X, que permite seleccionar al elemento que se
desea estudiar, en este caso el oro y, por tanto, excluir cualquier otra
interpretación. El experimento se ha realizado en el sincrotrón europeo ESRF,
localizado en Grenoble, Francia, ya que se trata de un trabajo de colaboración
internacional entre grupos españoles, como el ICMA e INA, franceses y
alemanes.
El archaea Sulfolobus acidocaldarius habita en
medio ácido integrado en el ciclo del azufre. Por esta razón la membrana de
Sulfolobus acidocaldarius tiene un alto contenido en átomos de azufre
en su superficie, que al enlazarse con los átomos de oro de la superficie de las
partículas, intercambian carga eléctrica (electrones) con ellos y generan una
pequeña descompensación en el número de electrones localizados en los átomos de
oro. Cada electrón es un pequeño imán cuántico, y su descompensación resulta en
la señal magnética observada experimentalmente por el equipo del
ICMA.
Sorprendentemente, la respuesta magnética no cesa de
aumentar al enfriar la muestra a temperaturas aún más cercanas al cero
absoluto (a tan solo 12 milésimas de grado por encima del cero absoluto).
Este resultado, obtenido en los laboratorios de física de bajas temperaturas del
ICMA, ha generado nuevas cuestiones sobre la naturaleza del mecanismo que da
lugar a la respuesta magnética colectiva de los átomos de oro en partículas de
tamaño nanométrico.


Durante las últimas
décadas, uno de los grandes focos de desarrollo y mejora de las terapias
oncológicas es la técnica llamada controlled drug release (liberación controlada de fármacos). Este método consiste en
suministrar el fármaco al paciente en un estado inactivo (por ejemplo,
encapsulado, o unido a otra molécula o cuerpo que lo retenga), y
liberarlo en un momento deseado de manera controlada en la zona de
interés del tratamiento. Las técnicas de drug release son múltiples, y
todas ellas buscan esencialmente aumentar la concentración del
fármaco en la zona que se desea tratar (en el caso de un cáncer, el
tumor o las células cancerosas dispersas en el cuerpo), pero a la vez reducir
la concentración en los tejidos sanos. Cuando este objetivo se logra,
es esperable una efectividad terapéutica mucho más alta, y a la vez la reducción
de los efectos secundarios del tratamiento, que en el caso de la medicación
oncológica, como es conocido, son importantes y afectan muy negativamente la
calidad de vida del paciente durante todo el período del
tratamiento.
Aprovechando el
calentamiento inductivo

La característica que
define al sistema de liberación controlada de fármacos por calentamiento
inductivo es que en la presencia de un campo magnético variable de ciertas
características, la nanopartícula magnética es capaz de acoplarse al campo
magnético, tomando su energía, que transforma en calor. Como en una placa de
inducción doméstica, el campo magnético que no tiene efectos directos
sobre el paciente(del mismo modo en que el campo de la placa no afecta al
cocinero), sí que tiene la capacidad de calentar puntualmente
la nanopartícula dentro del organismo sin afectar al tejido orgánico. Una vez generado, este calor rompe los enlaces que la
unen la nanopartícula con el fármaco, liberándolo en el torrente sanguíneo o
donde sea que el sistema se hubiere posado anteriormente.
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