miércoles, 3 de abril de 2013

Contaminación en el embalse de Flix

Una gran draga está instalada en las aguas del embalse de Flix, en Tarragona. La mole desciende hasta las profundidades del pantano para limpiar del lecho del río Ebro, 800.000 metros cúbicos de lodos tóxicos y radioactivos vertidos durante más de un siglo de actividad industrial de esta población. En la orilla del embalse se encuentra la fábrica de la empresa química Ercros, antes llamada Electroquímica y Erkimia, cuyos orígenes se remontan a 1897.
 
A finales del siglo XIX se constituye la empresa Electroquímica Flix, con una actividad industrial basada en la obtención de sal, amoníaco y carbonato cálcico, a la que luego irá incorporando la fabricación de otros productos, como sosa y ácido acético y derivados. Es de destacar que en 1945 inicia la fabricación de DDT, siendo pionera en el Estado español. En 1949 se construye la presa hidroeléctrica de Flix y se inaugura una planta de electrolisis con células que utilizan cátodos de mercurio. Entre los 1970 y 72 se empiezan a cerrar líneas de producción como la del DDT, la de cianuro sódico, sulfato sódico y sales de bario. Por último, en 1973 se inicia la producción de fosfato bicálcico.
En 1987, el grupo kuwaití KIO se hace con el control de Sociedad Anónima Cros y constituye la empresa Ercros. En 1990, la fábrica de Flix pasa a pertenecer a Erkimia, empresa del grupo Ercros. Seis años más tarde se produce una grave avería en la planta de cloroformo, que emite una nube tóxica de seis toneladas de cloro.
La producción de sosa que se realiza en esta empresa es por electrolisis, un proceso que utiliza mercurio y genera cloro. La tecnología utilizada en la fábrica de Flix, la de célula de mercurio, es la más contaminante ( el proceso puede realizarse mediante diferentes técnicas: células de mercurio, de diafragma y de membrana. De acuerdo con el Boletín de Referencia de las Mejores Técnicas Disponibles, aprobado por la Comisión Europea en 2000, de los cerca de 11,3 millones de toneladas de cloro que se producen en Europa, un 55% se producen con la tecnología de diafragma y un 19,5% con tecnología de membrana) pero tiene la ventaja de utilizar como fuente de sal la procedente de los residuos salinos de las cuencas mineras de Cardona, Súria y Sallent, un material que crea problemas en la cuenca del Llobregat.
El fosfato bicálcico que también produce la planta de Erkimia es un producto empleado en la alimentación animal. Se obtiene a partir de la fosforita y el ácido clorhídrico.
 
 Entre los residuos hay metales pesados, como el mercurio, además de radionucleidos (contaminación radioactiva), y organoclorados, según sucesivos estudios del Centro Superior de Investigaciones Científicas (CSIC).
Durante décadas han permanecido en el fondo del embalse de Flix a pesar de que el agua del Ebro, a su paso por la zona, abastece a un millón de personas, riega 50.000 hectáreas de cultivos y nutre el espacio protegido del Delta del Ebro.
La draga succionará los fangos del embalse durante 12 horas al día. Después los lodos se llevarán a una planta especial, que trabajará ininterrumpidamente. Allí los sedimentos serán “clasificados y deshidratados”. El agua se trasladará a una depuradora, mientras que los elementos sólidos serán tratados en tres procesos según sus características, en uno de los casos introduciéndose en un horno a una temperatura de 1.000 grados.
Los trabajos costarán 165 millones y deben terminar antes de diciembre 2015. El 70% está financiado por el Fondo de Cohesión de la Unión Europea y si no se cumplen los plazos se pueden perder las ayudas.
 
Greenpeace critica que Ercros “solo” esté obligada a pagar 10 millones de euros del coste total de la limpieza. “Los lodos contaminados no han caído del cielo y quien lo originó se quiere marchar”, denunció el alcalde de Flix, Marc Mur, durante la presentación del proyecto. La empresa aspira a despedir a una parte de la plantilla local.
 
Los trabajos de descontaminación llegan más de 20 años después que saltaran las alarmas. Un informe de Greenpeace hablaba de “la bomba de relojería” que representaba para el municipio. El CSIC comenzó a trabajar a principios de los noventa. En 2004, un estudio del CSIC y la Universidad Autónoma de Barcelona descubrió la gravedad del problema. Hallaron 350.000 toneladas de residuos contaminados.
En este estudio se puso de manifiesto la enorme presencia de mercurio y otros metales pesados en el sedimento del embalse de Flix, de una magnitud mucho mayor de lo previsto inicialmente. Las concentraciones de compuestos organoclorados de los sedimentos son muy elevadas –hexaclorobenzeno, pentaclorobenzeno, DDT, policlorobifenilos y policloroestirenos–, así como las de cromo, níquel, zinc y cadmio, del orden de las 10-70 toneladas en el caso de los metales más abundantes y entre 1 y 10 t entre los compuestos organoclorados mayoritarios.
Es de destacar, también, la presencia de todos los contaminantes descritos entre Flix y la desembocadura del Ebro. Para completar el panorama, también se ha detectado cobalto-60 como resultado de los vertidos de la central nuclear de Ascó.
Un informe de 2011 de Greenpeace alertó de la elevada concentración de sustancias tóxicas en peces de la zona, como las carpas o los siluros.
El Gobierno comenzó a preparar el proyecto en 2006. La lentitud del proceso administrativo, las dificultades económicas y las pugnas entre las administraciones lo han retrasado hasta ahora.

No hay comentarios:

Publicar un comentario