martes, 11 de marzo de 2014

Contaminación por HCH-lindano en un embalse destinado a la producción de aguas para consumo humano

Pancarta que advierte de la contaminación del agua. DANILO ALBINEn Aragón conocemos los peligros de la contaminación causada por Inquinosa con lindanoTodavía hoy padecemos los efectos de la contaminación producida en Sabiñánigo, en el vertedero de Bailín y sus posibles afecciones al río Gállego. 

Hoy en día problemas similares los están sufriendo en Vizcaya con problemas de contaminación debidas al lindano en aguas de abastecimiento para consumo humano.

 Esto está ocurriendo en el embalse de Oiola situado en el valle de Trápaga, el cual abastece a más de 100.000 personas en Barakaldo, Sestao y Alonsotegui. Este embalse se utiliza desde 1967 como punto de captación de aguas para la producción de agua de consumo humano, previa potabilización en la estación de tratamiento de aguas potables (ETAP) de Basatxu. 

En Julio de 2008 el Departamento de Sanidad del Gobierno Vasco detectó en un control rutinario una elevada presencia de isómeros de HCH-lindano en las aguas ya tratadas en la ETAP. A partir de ahí se cerró el suministro desde el embalse a la ETAP y se realizaron estudios que determinaron que las aguas contaminadas procedían del arroyo Gorriga y se incrementaban en caso de fuertes lluvias. Se creó un protocolo por el que se establecía como límite para usar las aguas del embalse un caudal máximo de 50 l/s en el arroyo y un límite de 25 ng/L del total de isómeros de HCH en esas aguas. (Se habían detectado hasta 500 ng/L en las aguas del embalse).

En Julio de 2011 se volvió a autorizar el uso del embalse sometido a esos condicionantes. Es Septiembre de ese miso año se modifica el protocolo y se reduce el límite de seguridad hasta los 20 ng/L. 

En Diciembre de 2012 se decidió eliminar el protocolo, suprimiendo el caudalímetro en la entrada al embalse desde el arroyo, de tal manera que si se superaban los 50 l/s se producía la llamada de alarma que daba lugar al cierre del pantano, ya que se consideraba que con ese volumen de lluvias se daba la entrada de lindano en el embalse. Se argumentó que ya no entraba lindano en el embalse. 

 Sin embargo en Febrero de 2013 se detectó, de nuevo, HCH-lindano. Esto evidencia que la eliminación del protocolo no fué acertada, y lo ratifica el hecho de que en los meses de Noviembre y Diciembre de 2013 volviera a entrar HCH-lindano en el embalse de Oiola. 

La realidad es que si la alarma estuviese activada el agua contaminada no llegaría a los grifos para consumo humano. 

Las autoridades competentes han asegurado en varias ocasiones que no existe ningún riesgo para la salud, pero los colectivos verdes de la zona y varias asociaciones vecinales sospechan todo lo contrario. 

Los mismos responsables de Sanidad del Gobierno Vasco declararon en 2010 "El HCH (lindano) es una sustancia cancerígena, por lo que se deben extremar las precauciones . Aunque el registro sea muy bajo, no es nulo. Existen otros suministros alternativos y se impone la necesidad de ser muy prudentes y evitar riesgos innecesarios". 

Toda la zona de la margen izquierda del Nervión  lleva conviviendo con las consecuencias más infames de su pasado industrial. No se sabe si antes de 2008 ocurrieron otros incidentes; en cualquier caso habrían pasado desapercibidos debido a la falta de controles analíticos adecuados. 

Como explican los vecinos del barrio de  Lutxana, antigua sede de varias fábricas, muchos vecinos aún recuerdan las "montañas blancas" en las que jugaban cuando eran niños. Hoy saben que se trataban de restos de lindano abandonados con absoluta impunidad por las potentes fábricas de la zona. "Por cada kilo de lindano se producían nueve de residuos, y las industrias se deshacían de esos restos donde veían un agujero".

Ante esta situación de peligro e incertidumbre, Ecologistas en Acción ha elaborado un informe y solicita la inmediata desconexión del pantano de Oiola hasta la definitiva eliminación del lindano. 



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