La Agencia Europea de Medio Ambiente (AEMA) no cesa de alertar sobre las posibles consecuencias y riesgos que para el continente supone el cambio climático, cuyos informes señalan que su impacto está acelerándose. En el último difundido, sin ir más lejos, afirma que los efectos del calentamiento global ya son evidentes en Europa.
Titulado Cambio climático, impactos y vulnerabilidades en Europa 2012, este reciente informe ve el futuro con pesimismo, alertando de que la situación sólo puede empeorar de seguirse con los actuales niveles de emisiones.
En él se recogen los últimos eventos extremos sufridos, definiéndolos como más virulentos y frecuentes, en clara referencia a desastres como el provocado por el fuerte calor, que ha hecho subir el mercurio hasta niveles inéditos en la los últimos diez años. De aquí que, considerando también otros factores, se mire hacia el futuro con pesimismo.
En él se recogen los últimos eventos extremos sufridos, definiéndolos como más virulentos y frecuentes, en clara referencia a desastres como el provocado por el fuerte calor, que ha hecho subir el mercurio hasta niveles inéditos en la los últimos diez años. De aquí que, considerando también otros factores, se mire hacia el futuro con pesimismo.
Vulnerabilidad creciente
Además, el informe se une a otros trabajos en su crítica del aumento de emisiones de carbono y de la falta de voluntad política para detenerlas, provocando una vulnerabilidad creciente que no sólo se refleja en los eventos extremos o en el aumento de las temperaturas, sino en un sinfín de aspectos, como la biodiversidad, la agricultura, los niveles del mar o, por ejemplo, la salud pública.
El trabajo ha sido llevado a cabo por más de medio centenar de expertos procedentes de distintas organizaciones, y la conclusión general no es otra que el reconocimiento de que el cambio climático “ha conducido ya a una amplia gama de impactos sobre los sistemas ambientales y de la sociedad”. Igualmente, se apunta que el futuro podría agravar los desequilibrios socioeconómicos existentes en Europa, con las consiguientes pérdidas millonarias (económicas y ambientales) provocadas por los eventos climáticos extremos. En la última década, el cambio climático ha costado unos 13 mil millones de euros.