La crisis ha llevado a muchos españoles a sufrir pobreza energética. El alza de los precios de los combustibles fósiles y la pérdida de poder adquisitivo de la población y las empresas se han encargado de ello. La sustitución de calefacciones centrales por calderas individuales de gas ha generado millones de clientes cautivos y dependendientes del consumo de gas importado.
Se considera que sufre “pobreza energética” el hogar que gasta más del 10% de sus ingresos en combustibles y pasa frío. En 2012 el 10% de la población española se encontraba en esa situación, 4 millones de personas. Los hogares con calefacción independiente, como los que cuentan con caldera de gas natural, son los más susceptibles de llegar primero a ese estado puesto que no tienen opción de cambio de sistema. Sin embargo quienes forman parte de un sistema de calefacción centralizado pueden cambiar a otras fórmulas más económicas y estables en el tiempo.
La bioenergía es la alternativa al gas fósil importado
- La bioenergía es nuestra energía. Se produce en España y el dinero y los empleos se quedan en España. La bioenergía genera 135 empleos por cada 10.000 habitantes, frente a 9 empleos atribuidos a los combustibles fósiles, incluido el gas natural fósil importado.
- La biomasa es 100% ecológica, renovable y su aprovechamiento, sostenible: si procede de las masas forestales, siempre se utiliza menos biomasa de la que crece; cuando se consume hueso de aceituna, cáscaras de frutos secos o podas se utiliza lo que se produce en la cosecha anual.
- Las modernas calderas de biomasa tienen rendimientos superiores al 95%, lo mismo que las de gas natural, incluso algunas calderas de biomasa de condensación llegan a alcanzar rendimientos cercanos al 100%. El gas natural genera dióxido de nitrógeno, monóxido de carbono y dióxido de azufre en proporciones similares o mayores que las calderas modernas de biomasa.
- Mientras que la bioenergía emite el mismo CO2 que absorbió durante el crecimiento de la biomasa, manteniendo constante el nivel en la atmósfera, la combustión del gas natural libera CO2 fósil y gran cantidad de SO2, gases que contribuyen decisivamente al calentamiento global del planeta y a generar lluvia ácida.
- El gas natural es tóxico, explosivo y peligroso. La biomasa ni es tóxica, ni provoca explosiones, ni es peligrosa.
- La biomasa es más barata que el gas natural fósil de importación. Según el ultimo informe de precios energéticos que elabora el Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía (IDAE, agosto 2013), la astilla de pino cuesta 1,39 c€/kWh, el pellet a granel cuesta 3,38 c€/kWh y el gas natural fósil cuesta 5,75 c€/kWh a lo que hay que añadir el término fijo mas el alquiler del contador.
Estudio exportación de biomasa versus importación de petróleo
Según datos de los principales actores del mercado entrevistados por AVEBIOM, España exporta, entre orujillo, pellets de madera y otras biomasas, una media de 345.000 toneladas anuales, el 87% de éstas con destino a plantas de generación eléctrica del norte de Europa.
España podría ahorrar 138.000 toneladas equivalentes de petróleo, unos 160 millones de dólares si utilizara las 345.000 t/año de biomasas que se exportan. Si se aprovechara la biomasa que produce España, anualmente se ahorrarían 5.360 millones de euros. MIentras, España importó en 2011 energía por valor de 50.000 millones de euros.
España alberga potencial para producir cada año en torno a 11 millones de toneladas de biomasa sin aumentar el aprovechamiento forestal de los montes; es decir, utilizando todos los subproductos que actualmente se generan tanto en el sector forestal, como en el agrícola olivarero, vitícola y frutos secos e industria del aceite, y que en gran porcentaje se desperdician en quemas de rastrojos.Todos estos subproductos biomásicos sumados supondrían unas 3,3 millones de toneladas equivalentes de petróleo o, lo que es lo mismo, su aprovechamiento energético evitaría una salida de divisas por valor de más de 3.860 M€.
Estos cálculos han sido realizados teniendo en cuenta sólo las producciones actuales de subproductos si se utilizasen para fines energéticos. Pero el stock de madera se ha incrementado en un 64% en los 13 años transcurridos entre el IFN2 y el IFN3 (inventarios forestales nacionales) y del crecimiento anual (46 millones de m3 de madera en 2007), sólo se aprovecha el 35%, cuando la media europea es del 61%.
Es decir, en España aún sería posible aumentar las cortas hasta en 12 millones de m3 de forma sostenible. Este incremento en el aprovechamiento de nuestros montes, si se destinara a obtener biomasa forestal para uso energético, supondría crear unos 12.000 empleos, que dejáramos de importar unos 25 millones de barriles de petróleo (1.500 M€) y evitaríamos la emisión de 9 millones de toneladas de CO2. En total 5.360 millones de €/año de ahorro.