domingo, 3 de febrero de 2013

La Comisión Europea ha declarado 2013 el año de la calidad del aire

Los efectos negativos de la contaminación sobre la salud de las personas están demostrados científicamente y son aún peores de lo que se creía hace ocho años. La Organización Mundial de la Salud (OMS) acaba de hacer público un informe en el que recomienda endurecer la legislación anticontaminación. Estudios recientes asocian la exposición a distintos contaminantes con problemas de salud como la ateroesclerosis, enfermedades respiratorias, diabetes, dificultades en la función cognitiva, partos prematuros...
 
 
Tres contaminantes
 
El tráfico rodado urbano es la mayor causa del incremento de los niveles de contaminantes de partículas en suspensión y dióxido de nitrógeno y, por tanto, del efecto de la calidad del aire sobre la salud humana, también al ozono troposférico presenta unos claros efectos sobre la morbilidad y mortalidad de la población.
 
El ozono troposférico —conocido como ozono malo, frente al bueno, el estratosférico, que filtra la radiación ultravioleta— es un contaminante secundario propio de los meses de verano. Se forma cuando los óxidos de nitrógeno (procedentes de la combustión de los vehículos) y los compuestos orgánicos volátiles (como el benceno) reaccionan con la radiación solar.
 
El contaminante con mayor efecto en la salud sigue siendo las partículas en suspensión, en especial las finas y ultrafinas. No obstante, el ozono y los óxidos de nitrógeno también tienen un efecto muy evidente sobre la mortalidad y morbilidad de la población.
 
Una de las recomendaciones que hace el informe consiste en reducir los valores límite de partículas en suspensión PM2,5, también llamadas partículas finas (miden menos de 2,5 micras). Son sustancias generadas por la combustión de carburantes fósiles, en especial de los vehículos diésel —emiten hasta seis veces más partículas que los de gasolina— y están compuestas por elementos tóxicos como metales pesados. Son especialmente peligrosas por su capacidad de penetración en las vías respiratorias. Los estudios científicos han encontrado un nexo causal entre las PM2,5 y la mortalidad cardiovascular y respiratoria. La legislación europea permite una media anual de 25 microgramos por metro cúbico, mientras que la OMS ya en 2005 estableció que el umbral de protección a la salud debía ser inferior a 10. En Estados Unidos el valor límite es de 15. En algunas ciudades españolas ni siquiera se miden las PM2,5, por lo que no hay datos sobre el grado de contaminación.
La Comisión Europea cree que también es necesario revisar los límites de la contaminación por dióxido de nitrógeno (NO2), un gas tóxico que irrita las vías respiratorias y que procede básicamente del tráfico.

La Comisión Europea asegura que endurecerá las políticas de lucha contra la contaminación. Consciente del grave problema sanitario que supone, ha declarado 2013 el año de la calidad del aire
 

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