martes, 11 de diciembre de 2012

Electricidad directamente desde aguas residuales

Un equipo de investigadores ha desarrollado un proyecto para obtener energía limpia a partir de la depuración de aguas residuales. La clave del sistema es una bacteria que produce electricidad mientras lleva a cabo un proceso de purificación hídrica. El trabajo de investigación ha sido coordinado por el director del Instituto Universitario de Electroquímica de la Universidad de Alicante (UA), Juan Miguel Feliu. De momento, el equipo ha creado un prototipo de pila microbiana para uso industrial que genera energía y, al mismo tiempo, sirve para depurar las aguas residuales.
El proyecto está siendo financiado por la Unión Europea con tres millones de euros. Las máximas beneficiarias, lógicamente, pueden ser las empresas que gestionan la depuración de aguas residuales, que podrían invertir en un sistema para reducir el gasto energético. En la actualidad, el coste de ese gasto energético puede suponer entre el 50 y el 60% de los costes.

El proyecto se llama Bacwire (siglas en inglés para “Interconexión bacteriológica para la conversión de energía y biodescontaminación”) y comenzó en 2009. Además del Instituto de Electroquímica de la UA, centro de referencia europeo, han participado las universidades de Alcalá de Henares (Madrid), de Liverpool (Reino Unido) y de Berna (Suiza), así como el Instituto de Investigaciones en Ciencia y Tecnología de Materiales (Intema) de Mar de Plata (Argentina) y la empresa danesa especializada en ingeniería electroquímica Electro-Cell.
Así, se han reunido científicos de diferentes ámbitos, expertos en electroquímica, en microbiología y en nanotecnología. Para el proyecto, se ha usado un microorganismo llamado Geobacter Sulfurreducens, que vive en el mar y en los lechos de ríos donde no hay oxígeno y que tiene la capacidad de crecer sobre un electrodo, de modo que se puede aprovechar la electricidad generada por su metabolismo.

Un sistema eficiente y viable

En la primera fase de la investigación, los científicos estudiaron a dicha bacteria, sobre todo, su capacidad de comunicarse eléctricamente con distintos metales. Después, diseñaron varios prototipos de pilas microbianas de un tamaño cada vez mayor. Ya sólo falta trasladar la tecnología al ámbito industrial.
Los prototipos actuales pueden producir unos 5 kilovatios (kW) por metro cúbico de agua tratada. Para que un prototipo de investigación sea aplicable a nivel industrial cuando supera la potencia de 1 kW por metro cúbico. El agua residual funciona aquí, por tanto, como combustible, un combustible renovable y limpio.
La novedad del sistema es que la energía eléctrica se logra de manera directa, sin etapas intermedias (por ejemplo, consiguiendo gas metano) lo que aumenta la eficiencia del proceso.
 

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