El informe La pesada carga de las abejas es un análisis de residuos de plaguicidas en el polen de panal (pan de abeja) y en el polen capturado a las abejas melíferas. Se trata del más grande de su tipo en Europa y abarca más de 100 muestras de 12 países recogidas en 2013. En total se detectaron 53 sustancias químicas diferentes, producidas probablemente por empresas de agroquímicos como Bayer, Syngenta y BASF. Con este informe se demuestra la alta concentración y una amplia gama de fungicidas encontrados en el polen recolectado alrededor de viñedos en Italia, el uso generalizado de insecticidas peligrosos para las abejas en el polen de los campos de Polonia, la intrigante detección de DDE (un producto tóxico, biocumulable resultante de la degradación del DDT y históricamente prohibido) en una muestra de España, y la detección frecuente del neonicotinoide tiacloprid, un insecticida neurotóxico, en muchas muestras de Alemania.
- Amplíe el alcance de las restricciones impuestas al uso de ciertos plaguicidas peligrosos para las abejas: clotianidina, imidacloprid, tiametoxam y fipronil, para que su uso sea totalmente prohibido.
- Prohíba totalmente el resto de plaguicidas peligrosos para las abejas y otros polinizadores (incluido el clorpirifos, cipermetrin y deltametrin).
- Ponga en marcha planes ambiciosos de acción a escala europea que permitan evaluar mejor el impacto de los plaguicidas en los polinizadores y reducir su uso.
- Fomente la investigación y el desarrollo de alternativas no químicas para el manejo de plagas y promueva la aplicación generalizada de prácticas de agricultura ecológica en el terreno.
Además, muchas de las muestras estaban contaminadas con un cóctel químico que potencia los efectos tóxicos de estos plaguicidas, algo que no se tiene en consideración en las evaluaciones de riesgo que se llevan a cabo para autorizar estos productos, donde se evalúa cada sustancia individualmente y además no se tienen en consideración los efectos en los insectos polinizadores.
Incluso los tres neonicotinoides cuyo uso fue restringido el año pasado en la UE para evitar que las abejas estén expuestas a sus efectos dañinos, fueron encontrados en casi la mitad de las plantas. El imidacloprid, el producto estrella de Bayer, fue el más encontrado, pero también se encontró tiametoxam y clotianidina de Syngenta, entre otros productos.
Es necesario que aumente la oferta de plantas y semillas ecológicas. Esta es la única solución con futuro, para las abejas y para los seres humanos.
Greenpeace ha lanzado un sorprendente vídeo para dar a conocer la grave situación a la que se enfrentan las abejas: un cortometraje de animación en la que las abejas asumen el papel de activistas para protestar pacíficamente contra el uso de plaguicidas en la agricultura industrial.
Es fundamental proteger a las abejas y a otros polinizadores, ya que cerca del 90% de las plantas silvestres y un tercio de los alimentos que consumimos depende de la polinización de estos insectos. Proteger a las abejas es proteger nuestra alimentación.
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