viernes, 4 de abril de 2014

Municipios libres de fracking



Las empresas energéticas están mostrando cada vez más interés en obtener permisos para explorar y perforar en España en busca de gas no convencional a través de fractura hidráulica, el fracking. 

El Gobierno se ha mostrado a favor de las exploraciones en busca de gas, a pesar de la oposición de Comunidades Autónomas y Ayuntamientos, a veces hasta del mismo color político. El conflicto entre CCAA y Estado ha llegado incluso al Tribunal Supremo para dirimir quién tiene competencias sobre el tema. 

A pesar del interés económico y la alfombra roja que quiere poner el Gobierno a las energéticas, para que se desarrolle la exploración de gas no convencional, las empresas tienen que superar todavía varios obstáculos. El primero es que realmente no ha habido nunca grandes descubrimientos de yacimientos en España. El segundo quizá es más importante: el agua. El fracking consume grandes cantidades de agua, y España es probablemente el país de Europa con más problemas en este sentido. Shale Gas España, el lobby empresarial que trata de promover el fracking, asegura que parte del agua puede ser tratada y reutilizada. Sin embargo, los que se oponen al fracking argumentan que esta técnica tiene muchos costes. 



¿Qué peligros tiene para la salud y el medio ambiente?
  • Riesgos durante la perforación: Riesgos de explosión, escapes de gas, escapes de ácido sulfhídrico (muy tóxico en bajas concentraciones), y derrumbes de la formación sobre la tubería. Entre las sustancias disueltas a partir de la fracturación rocosa, donde está el gas y durante el proceso de fractura, se encuentran metales pesados, hidrocarburos y elementos naturales radiactivos.
  • Contaminación de acuíferos: Posibilidades de que una de las fracturas inducidas alcance un acuífero, contaminando el agua con los fluidos de la fracturación y con el propio gas de la formación que se pretende extraer. Cada perforación, necesita unos 200,000 m3 de agua para la fracturación hidráulica. Teniendo en cuenta que los aditivos químicos suelen suponer entorno a un 2% del total de agua introducida, esto supone que en cada pozo se inyectan 4,000 toneladas de productos químicos altamente contaminantes, estos retornan a la superficie (sólo un 15-80% de los mismos) teniendo que ser depurados, si bien no se detallan técnicas reales de depuración y cantidad de fluido que pudiera ser retornados una vez depurados.
  • Contaminación del aire: Muchos de estos aditivos son volátiles pasando a la atmósfera directamente. Por otro lado para el acondicionamiento e inyección en la red de suministro, una cantidad de este gas, en mayor o menor grado dependiendo de la calidad de la explotación, pasará a la atmósfera por escapes y acondicionamiento del mismo. El gas no convencional extraído está formado por metano en su gran parte. Este es un gas de efecto invernadero mucho más potente en la atmósfera, que el propio CO2, en concreto, 23 veces más potente que los gases que se generan en su combustión.
  • Terremotos: Se ha constatado un aumento de la sismicidad coincidiendo con los periodos de fracturación hidráulica. De singular peligrosidad en las cercanías de centrales hidroeléctricas, nucleares, centros logísticos de almacenamiento de combustibles, refinerías, oleoductos, etc.
  • Ocupación del terreno: Se suelen perforar de 1.5 a 3.5 plataformas por km2, con una ocupación de 2 hectáreas por cada una, lo que supone un gran impacto paisajístico. El periodo de ocupación de cada uno de estos pozos es dependiendo de la riqueza energética interna del subsuelo variable entre 5 y 7 años.
  • Especulación económica: Se deja entrever una gran fuerza de los lobbies energéticos estadounidenses para vender el producto de su experiencia e investigación tras años de ensayos y errores. Puede entrar en juego la especulación de que cada país haga creer a los demás los ricos potenciales de este gas que en su interior albergan sus subsuelos.


Amigos de la Tierra ha lanzado la campaña Municipios libres de FRACKING con el objetivo de crear consciencia entre las autoridades locales acerca de los enormes impactos que ocasionan el uso de la técnica del fracking sobre la tierra, el agua, las personas y calentamiento global.

Amigos de la Tierra trabaja asimismo en defensa de una reglamentación europea más severa para este tipo de empresas, y rechaza cualquier provisión legal que haga prevaler el interés económico de un empresa o grupo de inversión sobre el de un país o región por encima del marcos democráticamente establecidos por su ciudadanía.



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