viernes, 5 de octubre de 2012

¿Cómo funciona la fracturación hidráulica?





El sábado 22 de septiembre se ha celebrado el Día Global contra el “fracking”, una técnica de extracción de gas y petróleo que supone una seria amenaza para la salud, el clima, y el medio ambiente. Por este motivo, las grandes organizaciones ecologistas españolas, Amigos de la Tierra, Ecologistas en Acción, Greenpeace, SEO/BirdLife y WWF-España, quieren dejar clara su oposición a esta dañina técnica extractiva.
 
La fractura hidráulica es una técnica que permite acceder al gas y al petróleo no convencional a grandes profundidades. Pero esta extracción puede provocar graves daños al medio ambiente y la salud.
 
Entre los mayores daños que causa la fractura hidráulica, las organizaciones ecologistas destacan:
 
Contaminación de aguas subterráneas: Tras la perforación, se fractura la roca inyectando a altas presiones una mezcla de agua y arena con gran cantidad de productos químicos muy tóxicos. Se estima que se recupera entre un 15% y un 85% del líquido inyectado, permaneciendo el resto en el subsuelo, con la posibilidad de contaminar los acuíferos.
Fuerte consumo de agua: este procedimiento requiere más de 19 millones de litros de agua limpia por cada pozo y operación, el equivalente al consumo anual de agua de 1.000 familias españolas, lo que crea dificultades en lugares con poca disponibilidad de este recurso. Además, se genera una gran cantidad de aguas residuales contaminadas con sustancias químicas, metales pesados y partículas radiactivas.
Contaminación del aire: Parte de los tóxicos empleados son volátiles por lo que pasan fácilmente al aire. Muchos de estos compuestos son tóxicos y carcinógenos.
Contribución al cambio climático: aunque el gas produce menos emisiones de CO2 que otros combustibles fósiles, la cantidad de metano que escapa a la atmósfera es el doble de la que se produce en la extracción del gas natural convencional. El metano produce 23 veces más efecto invernadero que el CO2.
 
El fracking se ha convertido en la gran esperanza de la industria petrolera y gasista para continuar con un modelo de desarrollo tremendamente dependiente de los combustibles fósiles, algo cada vez más complicado por la reducción de las reservas y el aumento de la demanda. Pero sobre todo, supone seguir ignorando la enorme amenaza que ya supone el cambio climático y socavar el desarrollo de las energías renovables.
Tanto la Comisión de Medio Ambiente, Salud Pública y Seguridad Alimentaria del Parlamento Europeo en 2011, como la propia Comisión Europea en 2012, han emitido informes que reconocen que la fracturación hidráulica tendría efectos devastadores sobre el territorio, así como que existe un alto riesgo de contaminación del agua potable y de efectos negativos sobre la salud y el clima.
 
Aragón cuenta con 14 solicitudes, de las cuales 8 ya tienen el permiso concedido y las 6 restantes están a la espera de la oportuna resolución. El total de hectáreas comprendidas entre las catorce solicitudes sobrepasan el medio millón (el 11 % del territorio aragonés) lo que da una idea de la magnitud del problema.

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