Un nuevo informe publicado hoy por Amigos de la Tierra Internacional señala que el número de países que cultivan transgénicos se está reduciendo.
El informe "¿Quién se beneficia con los cultivos transgénicos?" revela que el 90% de los cultivos transgénicos se encuentran en solo seis países, Estados Unidos, Argentina, Brasil, India, Canadá y China, y son producidos solamente por el 1% de los agricultores del mundo. Un análisis de las cifras publicadas por la industria demuestra que el supuesto aumento de la producción de cultivos transgénicos que tuvo lugar en 2013 se limita a estos seis países.
Asimismo cada vez hay una evidencia mayor de que las variedades transgénicas no suponen una solución al problema del hambre o del cambio climático. Al contrario, los transgénicos cultivados actualmente en el mundo agravan ambos problemas. El 90% de los cultivos transgénicos disponibles en el mercado han sido modificados para ser tolerantes a herbicidas, lo que tiene como resultado un aumento desmedido del uso de estos agrotóxicos. Países como Estados Unidos, Argentina y Brasil, los mayores productores de transgénicos del mundo, son testigos de una tendencia del uso creciente de herbicidas sintéticos. En Estados Unidos, el 49% de los agricultores denuncian tener problemas con malezas resistentes a estos herbicidas.
La Comisión Europea podría autorizar próximamente una nueva variedad de maíz transgénico. Se trata del maíz 1507 propiedad de Pioneer Hi-Bred, y sería el primer cultivo tolerante a un herbicida autorizado en la Unión Europea.
En la Unión Europea, la producción de maíz MON 810, propiedad de Monsanto, única variedad transgénica autorizada, disminuyó en Portugal, Eslovaquia y República Checa. Solo en España se produce una cantidad significativa de transgénicos, pero el baile de cifras en torno a la superficie indica que el área cultivada con maíz transgénico podría ser en realidad de unas 70.000 hectáreas, la mitad de lo que publicitan el gobierno y la industria.
En todo el mundo, los expertos reclaman un cambio hacia métodos de producción agroecológicos para hacer frente al hambre y producir alimentos sin poner en jaque los recursos naturales escasos. Se ha demostrado que estos métodos duplican el rendimiento de la producción en África y combaten las plagas con eficacia.
Los productos orgánicos o ecológicos son más caros porque hay que pagar una barbaridad de dinero a las agencias de certificación, mientras que… como dice la imagen superior, los procesos industriales en la agricultura y la ganadería no requieren de certificaciones ni autorizaciones para usar productos “no ecológicos”. Incongruencias!!
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