Capturar el CO2 contaminante que emiten las torres de las centrales térmicas y convertirlo en 25 aplicaciones útiles para nuestra vida cotidiana, como la preservación de alimentos, parece arte de magia pero es pura realidad conseguida por investigadores españoles en los últimos cuatro años.
SOST‐CO2 nació hace cuatro años con el apoyo del Programa CENIT del Centro público para el Desarrollo Tecnológico Industrial (CDTI) y 15 socios industriales, liderados por la empresa Carburos Metálicos, que han unido esfuerzos para compartir sus conocimientos en la búsqueda de nuevos usos sostenibles del CO2, en diversos campos de aplicación industrial, priorizando su uso a gran escala.
El proyecto, en el que han colaborado 31 centros de investigación españoles, se ha traducido en la creación de 80 nuevos puestos de trabajo, el desarrollo de 25 productos comercializables, 9 patentes, la publicación de numerosos artículos en revistas de prestigio internacional y la generación de 40 nuevos proyectos de desarrollo tecnológico.
Las actividades abarcan desde el desarrollo de materiales adsorbentes para la captura eficiente del CO2 en las fuentes de emisión y su posterior acondicionamiento, hasta la transformación del CO2 en otros compuesto, bien utilizándolo para el crecimiento de microalgas a partir de las cuales se pueden producir biocombustibles, o bien rompiendo la molécula para producción de productos químicos y farmacéuticos.
Además, se han desarrollado distintas aplicaciones industriales, desde las energías renovables a partir del CO2 (crecimiento de biomasa, generación de biocombustibles) hasta su aplicación en el tratamiento de aguas, en conservación de alimentos, generación de nuevos materiales y captura permanente de CO2 en algunos de ellos (como es el caso de la carbonatación de cenizas para producir cemento).
Todas estas aplicaciones, utilizan CO2 capturado, que ha dejado de dañar la atmósfera.
Una de las aplicaciones más utilizadas será el uso de CO2 para preservar alimentos: "se inyecta CO2 al envase y crea una atmósfera que mantiene el producto a salvo de bacterias, permitiendo su conservación durante mucho más tiempo que si estuviera al aire libre o sin nada".
Otra, por ejemplo, es el uso de este gas como sustitutivo del cloro en las piscinas, a través de una válvula que lo distribuye en el agua contribuyendo a que las condiciones para nadar sean las adecuadas, y a que los nadadores no tengan que respirar cloro.
En el caso de las energías renovables, los investigadores han hecho crecer plantas, como las algas, mediante la absorción de CO2, y posteriormente han usado las plantas resultantes de este proceso como combustible para producir biogas.
Principales actividades:
No hay comentarios:
Publicar un comentario