Barcelona es estos días el escenario del proyecto europeo AIRUSE, con el que se pretende estudiar si el acetato de calcio y magnesio (CMA) es útil para reducir las emisiones de partículas contaminantes, que tienen importantes efectos negativos sobre la salud.
El Instituto de Diagnóstico Ambiental y Estudios del Agua del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) coordina esta iniciativa, cuyo objetivo principal es poner a disposición de los países del sur de Europa medidas para reducir la contaminación atmosférica por PM2,5 y PM10, pequeñas partículas en suspensión que tienen menos de 2,5 y 10 micrometros de diámetro respectivamente.
La contaminación que generan es uno de los mayores problemas ambientales. Estas partículas son tan minúsculas que pueden ser inhaladas por las personas y se cree que son la causa de muchas enfermedades pulmonares. Por eso desde la Unión Europea se ha establecido una normativa para controlarlas basándose en criterios de impacto en la salud.
Sin embargo, hay ciudades y zonas industriales en Europa que no consiguen cumplir los límites establecidos. De ahí que los científicos sostengan que, además de monitorizar de forma continua el nivel de partículas en la atmósfera, se necesita comprender las causas que provocan una presencia excesiva de las mismas. El desafío es entender por qué en algunas áreas y ciudades hay más contaminación que en otras, por qué no se consigue reducir el nivel de partículas por debajo del límite establecido y hallar herramientas para minimizar esa contaminación.
Estudios previos en Londres, Austria y Suecia sugieren que la aplicación de acetato de calcio y magnesio (CMA), totalmente inocuo, al agua de baldeo en vías de tráfico urbano, puede reducir la contaminación atmosférica por PM10, generada por la resuspensión de partículas depositadas en la calzada. La disminución se debería a la capacidad del CMA de ligar las partículas contaminantes y mantenerlas pegadas a la superficie asfaltada.
Con carácter experimental se está evaluando la efectividad de una solución acuosa que combina CMA y agua, y que será esparcida un máximo de 10 veces en la calzada de una calle de Barcelona entre abril y mayo de 2013. Para este experimento se han desplegado cuatro Unidades Móviles de Contaminación Atmosférica, equipadas con instrumentos de medida y muestreo; un vehículo esparcidor de la solución acuosa; y vehículos de limpieza BCNeta con aspiración y agua a presión.
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