El Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente (MAGRAMA) ha calculado, por segundo año consecutivo su huella de carbono, es decir ha identificado aquellas actividades o procesos responsables de la emisión de gases de efecto invernadero (GEI), en el conjunto de sus sedes competenciales, durante los años 2010 y 2011.
Este cálculo facilita la toma de decisiones respecto a las acciones que permitan reducir esta huella de carbono y planificar adecuadamente las medidas para la reducción de emisiones de CO2.
El cálculo de la huella de carbono del Ministerio se centra en la actividad de las unidades administrativas de los servicios centrales ubicadas en siete edificios Se han tenido en cuenta las fuentes emisoras directas e indirectas que corresponden a los alcances: 1-que abarca el consumo de combustibles en edificios y vehículos ; 2-que centra el consumo eléctrico y 3-que considera las emisiones de actividades como la gestión de residuos, el transporte de los trabajadores a los distintos centros de trabajo o a otros destinos por motivos de trabajo y las compras y contrataciones.
La principal fuente de emisión de GEI de los edificios pertenecientes al Ministerio en su alcance 1 y 2, es el consumo de combustibles fósiles para su uso en los sistemas de climatización, por lo tanto existe un importante potencial de reducción para este tipo de fuentes mediante el cambio al uso de energías renovables en dichos sistemas.
Por lo que respecta a las emisiones debidas al consumo eléctrico (alcance 2) son nulas debido a que el 100% de la energía eléctrica procede de fuentes renovables comprada a comercializadores de energía eléctrica renovable según la certificación de la CNE.
Las emisiones del alcance 3 son la mayor parte del total , gran parte de la huella del Ministerio corresponde a las compras y contratación pública, actividad que, si bien, depende del presupuesto anual permite concluir que podría reducirse significativamente si se escogen proveedores, productos y servicios más eficientes energéticamente lo cual confirma la necesidad de incluir este parámetro en los procesos de contratación pública.
El Ministerio continuará con el cálculo anual de su huella de carbono a la vez que trabaja en un plan de reducción, que le permita actuar sobre los puntos críticos identificados. Existe ya una evaluación energética de parte de los edificios junto a medidas de mejora y otros planes para que la huella de carbono pueda reducirse.
La huella de carbono es una herramienta de lucha contra el cambio climático, por eso el Ministerio está trabajando en el fomento de su utilización por parte de las empresas y organizaciones españolas que así podrían calcular las emisiones que ocasionan sus actividades con el fin de implantar un modelo sostenible que les permita reducir costes y mejorar su competitividad con su comportamiento comprometido con la lucha contra el cambio climático.
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