martes, 27 de noviembre de 2012

La agricultura de conservación permite reducir las emisiones de CO2 a la atmósfera hasta un 22%

España es líder dentro de la UE en la puesta en marcha de estas técnicas, con 1,6 millones de hectáreas dedicadas a la agricultura de conservación.
Este tipo de técnicas agronómicas ofrece un potencial enorme para toda clase de tamaño de fincas y sistemas agro-ecológicos, ya que combinan una producción agrícola rentable con una protección eficaz del medio ambiente.

¿Qué es la agricultura de conservación?

Según la FAO “La Agricultura de Conservación comprende una serie de técnicas que tienen como objetivo fundamental conservar, mejorar y hacer un uso más eficiente de los recursos naturales mediante un manejo integrado del suelo, agua, agentes biológicos e insumos externos”
La práctica de una agricultura de conservación es beneficiosa para la agricultura, el medio ambiente y el agricultor. Se busca la conservación máxima. ¿Conservación de qué? Del suelo, un recurso no renovable, ya que el verdadero problema de la agricultura es su pérdida y degradación. Para evitarla hay que adoptar técnicas como la reducción y minimización de labores (de arado y labranza), la rotación de cultivos (implica un cambio en los tipos de raíz de los cultivos), el uso racional de fertilizantes químicos, la utilización de los restos vegetales de las cosechas como medio natural de protección y fertilización de los suelos, consiguiendo aumentar sus niveles de materia orgánica, mejorando su estructura de los mismos y manteniendo la productividad de los cultivos.
 

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